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TOYOTA MATRIX 2003:
La 'matriz' de la versatilidad

A un año despuésssssss...

por PEPE FORTE editor de i-Friedegg.com/Fotografías del autor


   Desde que lo probara por primera vez en el evento de presentación efectuado a mediados de febrero del 2002 en Savannah, Georgia, como modelo 2003, y luego habiéndolo conducido varias veces por una semana, puedo decir otra cosa que el Matrix revela de nuevo el potencial de Toyota.
  
   El Toyota Matrix, que podría ser considerado un "crossover de bolsillo", entró entonces por la vía ancha a una categoría poblada por el Mazda Protege5, el Subaru Impreza y el Ford Focus —los de 5 puertas—, conquistando la resistencia de Estados Unidos a los autos tipo hatchback o semejantes.
  
   Otro aspecto a destacar es que el Matrix tenía que pelear contra su propia familia: en el mismo año de su introducción, irrumpió en el mercado lado a lado con el best-seller de la compañía, el Toyota Corolla que, junto con nuestro analizado de turno fue presentado en la misma ocasión de Savannah y ambos fueron lanzados al mercado al unísono. Era un desafío. El Corolla, el niño mimado del fabricante japonés, arribó a los concesionarios mejor y más grande que nunca. Viéndolos desembarcar juntos del mismo camión multirruedas, uno se preguntaba, "¿podrá el Matrix?". Lo pudo. Aunque las ventas del Corolla fueron más dinámicas —lo cual se esperaba— el Matrix vendió 30 mil unidades en la primera mitad del 2003. Por otro lado, estaba una quinta columna: GM tiene su propia versión del Matrix en el Pontiac Vibe, que luce como el coche original, pero como si se le hubiese pasado la mano a lo aftermarket.
  

El Matrix —que puesto en español significa 'matriz'—, no sólo pretende, sino que tiene toda la vivacidad a lo tercer milenio de la aparatosa cinta homónima de Keanu Reeves. Apelando a una más joven generación que gusta del look vigoroso, el styling del coche es un apelativo a los compradores dinámicos que exigen de un vehículo multiplicidad de usos con aliento sporty. Hectic tal vez sería más apropiado decir en este mundo bilingüe.
  
   El Matrix bien podría definirse como una versión del swiss army knife —la más pequeña pero no menos versátil si le parece— sobre cuatro ruedas. Compartiendo el marco y la mecánica del Corolla, viene en tres cortes: el básico o estándar, XR y XRS. Los dos primeros se animan con el motor VVT-i de 1.8L DOHC de 16 válvulas y 4 cilindros en línea, para 130hp. El XRS —top-of-the line—, entrega 180hp gracias al motor Yamaha empleado en el Celica GT-S, acoplado a transmisión manual de 6 velocidades —también disponble en automática, de 4—. Opcional, la All Wheel Drive, así como los rims de 17” —de rutina los de 16”—, con cinco tornillos-clan en vez de cuatro. La transmisión es frontal en los modelos carentes de AWD. Alcanza las 60 mph en 7.3 segundos (estimado) en modelo de 6 velocidades/manual.
  

Para el 2004, es lógico que el Matrix habiendo debutado hace apenas un año, no aportara cambios sustanciales a su anatomía. La alineación permite, como opción, escogerlo en versiones 4X2 y 4X4.
 
   Como todo Toyota, el Matrix es impecable en ejecución y diseño. La combinación de perfil de arco en el techo y cristalera menguante hacia el tercio trasero produce una gran altura interior. Mientras, el handling y performance del Matrix parecen ser una extensión del propio conductor. El Matrix no es un renegado; se desplaza fluido en el tráfico urbano de las autopistas y se agarra sereno a las curvas. Produce en el conductor la misma seguridad que se siente cuando mirando un juego de béisbol uno descubre que el novato del año, aunque sin el average de los veteranos, juega como todo un profesional.

La magia de la quinta puerta
   No sé cuántas veces he escuchado delante de mí la sentencia "quiero un auto que se abra por detrás". Al parecer, los que vivimos en el siglo XXI cargamos más cosas que las generaciones precedentes. Sí, el Matrix tiene la quinta puerta; o sea, se abre por detrás. Pero no todo termina ahí. El asiento trasero, abatible, procura un área de carga amplia, mediante una operación fácil y humanizada, que normalmente es dificultosa en otros coches —"mira, mamá, con una sola mano..."—. Además, el reverso de los asiento se ofrece como suelo mediante una superficie dura y acanalada que tolera los rigores del uso. ¡Ah, la escalera de tijera! Pues, abata el asiento del pasajero delantero y el espacio continúa desde detrás hasta la pizarra (la capacidad de carga interior es de 53' cúbicos).   

El interior, ergonómigo, es acentuado en cromo, siguiendo la pautas del diseño contemporáneo. La distribución de los relojes es visualmente cómoda. Particularmente, la superimposición de dos de ellos ofrece un agradable aliento a lo Porsche. De noche, la ilumación de los relojes es roja. Quizás demasiado, pero para algo está el dimmer o atenuador. Lo usé...
  
   La pizarra, alta o de gran puntal, arrastra algo de retro, y precisamente por ello me preocupaba la visibilidad delantera, una de las cosas que más odié en los autos de los años 40 y 50. Sin embargo, tal no ocurre en el Matrix. Un conductor de estatura promedio puede ver perfectamente delante de él, y precisamente por la altura de la pizarra, el morro del auto no se distingue, creando una agradable sensación de visibilidad. Y, a pesar de ello, no se pierde el sentido de dónde termina el coche delante de uno.
   Como el auto es de perfil alto, el acceso y el egreso son muy cómodos. Y también por ello, la luna o cristal de las puertas traseras se retracta totalmente. Pero mi detalle preferido del interior es la ubicación y diseño de la palanca de cambios que nace de la consola frontal tipo podio, una derivación del Lexus RX300 —ahora RX330—. Opcional, sistema de navegación DVD-GPS. La versión mejor dotada ofrece magnífico stereo de 6 altavoces con AM/FM Stereo y CD changer de 6 discos en pizarra.
  
   El Matrix se construye en California en una planta que Toyota opera en sociedad con General Motors.
  
El puntillazo final: Economía por todos lados.
   El Matrix es accesible. El rango de precio, según dotaciones, fluctúa entre los $14 mil y los $19 mil (espere variaciones según el dealer). El consumo de combustible, dependiendo del modelo, oscila entre los 23 mpg en la ciudad y los 36 en la carretera. ¿Un sólo adjetivo para calificar al Matrix? Versátil parece ser el mejor. Pero admite también excelente, capaz, dócil, contemporáneo, confiable...