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MERCEDES-BENZ SLK350 2005:

una gaviota a ras del asfalto...

...con alma de halcón bajo el capó.



por PEPE FORTE

 


¿Para ellas o para ellos..?
   Algunos analistas de mercado dicen que éste es otro de los autos que hace latir el corazón de las mujeres. No estoy tan seguro. ¿Por qué no decir —y ya que de autos se trata—, que aceleradamente predilecto del público masculino también?
  
   El nuevo Mercedes-Benz SLK350 del 2005, si acudimos a aquella terminología de estreno en los años 70, bien podría llamársele Unisex, y la verdad es que no creo que los ejecutivos de la prestigiosa compañía alemana esta vez hayan estado pensando en un "sexo" en particular para el carro de marras en lo que a objetivos de mercado respecta, como ocurre en otros casos. Y créame que, en este propósito, a veces las firmas se llevan tremendas sorpresas. Lo cierto es este es el primer SLK que exhibe un diseño absolutamente cautivador para todo género y edad, al interpretar moderadamente —maybe debió haberlo hecho siempre— las dosis lineales del eternamente fabuloso SL que, a su vez al fin y al cabo, nostálgico y reminiscente, evoca al fabuloso SL300, en particular al de 1958 —uno de los autos más bellos de la historia del mundo—, aquél que con sus puertas de bisagras en el techo, una vez desplegadas, le ganó en los países de habla hispana el poético apodo  de "gaviota". De modo que esta solución de hacer lucir a un coche parecido a uno de más porte, cada vez más resulta fórmula de éxito probado. Es lo que ha hecho, por poner un sólo ejemplo, Toyota con el Solara, cuya última edición se "acercó" a las formas del Lexus SC.
  
   Respecto del styling exterior, lo más fascinante de este SLK es su canelón protuberante sobre el capó que, como un dedo en avanzada termina en el grill con el espléndido logo de Mercedes sobredimensionado e integrándolo, y a cuyos flancos se abren dos entradas de aire. Todo, puro aliento McLaren.
  
   Ahora, volviendo al mercado de faldas o pantalones, mi inmersión de arriba en el género de las ventas depende de las estadísticas, que apuntan que desde 1998 este vehículo —el SLK320— fue de la predilección de compradoras. Pero ahora la cosas cambiarán.
  

Por dentro...
   Da ganas de quedarse tras el volante mucho tiempo, excepto por el orden teutónico de la botonería de la consola, que están alineados casi militarmente; es uno de los aspectos que habitualmente critico en los coches alemanes. Una cosa que me preocupó fue que, al menos en el calor de una ciudad como Miami —donde probé por una semana el vehículo—, con el techo abajo y el aire acondicionado a todo dar, se creó una intensa condensación alrededor del speaker central sobre el panel, al punto que llegó a gotear y las gotas corrieron por la faz del estéreo, haciéndome temer que se colaran a la sensible electrónica interior a través de las ranuras. El climatizador, ya que estamos en esto, enfría rápidamente la cabina. Y siga leyendo, que más abajo le explicaré por qué este SLK es un "convertible de invierno".
  
   Dos grandes relojes presiden la consola y un display al centro, secundario, para otras funciones. Todos son de fácil lectura y exquisito diseño y sobre todo terminado, elogio que podemos generalizar en el interior total del auto. El diseño interior de la puerta es como para enamorarse de ella y no sólo eso, sino el dibujo o perfil general de la misma y, como siempre, las bisagras y los anclajes son de una pulcritud asombrosa, algo que sólo se halla a bordo de Mercedes. Si usted es seguidor de mis artículos ya sabrá que otras veces he dicho de MB que la calidad de la compañía puede medirse por este aspecto desdeñando por otros fabricantes. Las bisagras de las puertas del SLK a todas luces denuncian que los ingenieros le dedicaron horas y horas de atención.
  
   Sigo: el techo, retráctil eléctricamente, es de los de "mira, mamá, con una sola mano". Opera a través de un solo y único botón y corre en unos 20 segundos, lo que permite cerrarlo durante una luz roja si nos sorprende la lluvia. Sin embargo, a pesar de su agilidad, su tiempo de corrido y descorrido podría ser mejorado —en realidad, ganó 3 segundos. Antes eran 25, ahora 22—. Con el techo cerrado, la coherencia de líneas del SLK garantizan un dibujo fluido del coche, de modo que no hay ruido del viento al deslizarse éste a lo largo del perfil del auto.
  
   Las butacas son ergonómicas, pero también en un  futuro podrían ser mejoradas. Primero hay que acostumbrarse a ellas. Luego, establecen su propio lenguaje de comunicación con el cuerpo, que termina por entenderlas, pero presumo que en largas distancias —cosa que no tuve la oportunidad de hacer— puedan tornarse inamistosas.

...y más por dentro aún.
   Con un precio base de 45 mil grandes verdes, el SLK350 está dotado de tracción trasera, que más bien es cosa de varones. Lo mismo que sus más o menos 5 segundos y medio de largada de 0 a 60mph. El responsable de estas cifras es el motor V-6 DOHC de 3.5 litros y 4 válvulas por cilindro para 260hp. Todos estos números representan incrementos sobre el modelo 05. Son 53hp más que antes, 3 fracciones más de cilindrada y 10hp más de torsión.
  
   De la transmisión —manual de 6 velocidades— puedo decir que no sólo es más suave de manipular, sino que interpreta muy bien las ansiedades del motor. El clutch es de recorrido largo con agarre abajo. Pero este SLK también está disponible en automática —y aquí entran las féminas; no todas, pero muchas—. Con tal de exponer al lector al entusiasmo de la manual, me encantaría mentir y decirle que sólo ésta última es la que existe, pero no puedo ser tan irresponsable.
  
   Con un nuevo chasis y una aleación de acero de alta resistencia que alcanza el 42% de su estructura general, el coche es más resistente a las traiciones sin previo aviso con que las torsiones severas castigan y amenazan la integridad de la carrocería y sobre todo del bastidor en que se apoya, y lo hace sentirse como en una sola pieza. Aún con el techo abajo el SLK no se mueve ni vibra por ningún lado. Sin duda, se trata de un vehículo totalmente nuevo que deja muy detrás a su antecesor más cercano, y hasta crea un sentimiento de culpabilidad en uno cuando recordamos al modelo anterior como insuperable.
  
   Este nuevo SLK es a todas luces más deportivo en look, por encima del sabor más urbano del precedente. El morro alargado lo hace más masculino, agresivo y deportivo que antes.
  
   En realidad no muy espléndido en espacios, mas de todas maneras garantiza amplitudes lo mismo en cabina que en el maletero, a pesar de ser un convertible de techo duro articulado y eléctricamente retráctil. Un padre de 4 hijos no podría usar el baúl del SLK para comprar las vituallas de la semana para la familia, pero Richard Gere sí resolvería el asunto, in-style, para sí mismo y su compañía de cuarto, sin tener que destinar un Honda Accord con GPS de comando vocal y asientos de piel para comprar víveres como hacen algunas estrellas.
  
   Otros atributos por dentro y por fuera del 350 son lámparas de Bi-Xenón automáticas, llantas de aleación de 17", multitocador de 6 CD's con altavoz central y sistema de navegación GPS.

Otras impresiones de manejo
   Mi unidad de pruebas venía dotada de la opción de una suspensión más rígida y por tanto más deportiva. El rodaje del SLK350 es firme y preciso. La dirección tiene un balanceo de peso perfecto y es de retorno casi nulo, lo que permite enrutar al coche con total precisión. No es de seda propiamente, pero definitivamente no de gran esfuerzo, y crea una sensación de conexión volante-conductor que es la que necesita este tipo de coche, nacido para correr. ¿Para qué se le compra además del lado show-off, sino para darse una escapadita a una desierta carretera suburbana y "portarse mal" por allí a espaldas del patrullero de tráfico?

Seguro
   La mayor pesadilla de un convertible es el vuelco. El SLK350 es de techo duro, no de lona, y ya por ahí hay más garantía que en un 'convy' de trapo. Este coche es capaz de resistir vuelcos con más entereza incluso que un coche de techo integral, gracias a sus pilares A reforzados y a las barras antivolcadura. Pero también, en la eventualidad de colisión, cuenta con bolsas de aire inteligentes frontales y laterales, asociadas al sistema TeleAid que automáticamente alertan con su despliegue a los servicios de emergencia. Por otra parte, los cinturones están dotados de un sofisticado sistema de retención más aguda que los de un auto normal, que literalmente "amarra" a los ocupantes al asiento en caso de vuelco. Se suman al paquete los frenos de disco ABS en las cuatro ruedas con sistema BrakeAssist que automáticaticamente aplican toda la presión, aunque no provenga del pedal, una vez que sus sensores electrónicos detectan que se tata de un frenado de pánico. También, ofrece Control de Estabilidad y Tracción.

El convertible de los esquimales
   Habiendo probado el coche como dije, en Miami, y durante días relativamente frescos de la primavera floridana —aunque siempre calientes al meridiano aunque pero no tan sofocantes como los de Arizona—, observé que genera poco ruido de viento y que el aire acondicionado es capaz de refrescar eficientemente la cabina, aún con la bóveda celeste como límite. Pero en la esquina opuesta, en la de las temperaturas ambientales bajas, este es el primer convertible que le permite a uno hacer cruisin’ con el techo abajo aunque estemos rodeados de esquimales, gracias a su sistema AIRSCARF. El AIRSCARF —o calefactor estilo bufanda— trabaja a través de pequeñas toberas cerca de la parte superior de los asientos y que a discreción del conductor y el ocupante se benefician de una corriente de aire cálido que gentilmente calienta el área del cuello y las orejas. Lo de esquimal es una exageración, pero este sistema compensa la temperatura en el rango de los 60ºF. Algo es algo, sobre todo cuando el resto de los convertibles son más usables en los lugares donde existen palmas y cocoteros. Además, recordemos que el cuello es un centro dispersor de la temperatura; por ello, la tienda de bienes sosfisticados Sharper Image ofrece un collar animado por baterías que enfría el cuello y por ende sentimos refrescar al resto del cuerpo.
  
Juicio final
   Aunque a lo largo del artículo, con tal de abreviar e intimar con el coche, lo he llamado a menudo SLK, lo cierto es que la única alternativa a esta nomenclatura no es simplemente el 350, sino que los amantes de más poder pueden optar por una versión superior, la SLK55 AMG, que merece otro artículo aparte. El nuevo SLK55 AMG, que aunque por fuera es modularmente idéntico al 350 si obviamos cambios cosméticos para acentuar su vigor, cuenta con un bestial motor V8 que produce 362hp. Valga la aclaración.
   En cuanto al 350, ahora que trajimos a colación al 55, aunque incomparable con el poder del AMG, la pura verdad es que hay que decir que bajo al capó es tan halcón como su hermano mayor y que por fuera ambos son tan gráciles como la más estilizada gaviota. Aún sentándolo en el banquillo de los acusados para censurar aspectos que consideramos podrían ser mejorados —no existe auto perfecto— el Mercedes SLK350, incluso sometido al más severo jurado, sale no sólo absuelto de cargos, sino felicitado —y con creces— por quienes lo evalúan. ¿Lágrimas con el veredicto? Sí, de emoción por tan maravilloso coche y acaso a cataratas, pero éstas en torrente sólo por parte de aquellos que no pueden pagar los más o menos $50 grandes de mi unidad de pruebas. Empero siempre hay un pañuelo para el consuelo: si yo fabricara el SLK350, habría que matarme para que lo mercadeara por debajo de ese precio. De otra forma, por lo que ofrezco, me sentiría robado...