DARK SIDE OF THE MOON:
El álbum mejor vendido
en 25 años

por PEPE FORTE
publicado en Mundo del Disco/Noviembre 1999

En la primavera de 1983, 10 años después de su debut, Dark Side of The Moon, de Pink Floyd, alcanzó las 520 semanas en el chart de Billboard. En 1999, a más de un cuarto de siglo de su lanzamiento, el disco bordea las 1200 septetas en la lista de Top 100 Pop Catalog Album, y es de los de más larga data en las nóminas de venta de la historia de la música. Siendo Pink Floyd una banda casi marginal a pesar de su monumentalidad, ¿por qué y cómo Dark Side of the Moon ha logrado semejante récord?

La cara visible de la Luna.
   Dark Side of the Moon entró en la lista de Billboard el 17 de marzo de 1973. Las 1175 semanas inventariadas hasta el 13 de octubre del corriente no son consecutivas: el álbum salió del parade en las Navidades de 1974, regresó en abril del ‘75, y después hizo mutis nuevamente en febrero de 1976 para volver a los renglones tabulados en diciembre de ese  año. Según estadísticas, Dark Side of the Moon rompió las barreras de Tapestry, de Carole King (302 semanas hasta el 15 de marzo de 1980), y Greatest Hits de Johnny Mathis, cuyo récord empató el 22 de octubre de 1983 con 490. Desde entonces se supera a sí mismo, teniendo como el más cercano rival a otro disco de la banda, The Wall (546 semanas)(*1); a Legends/Bob Marley & The Wailers (536); Justice for All y Metallica (ambos de Metallica, 494 y 424 respectivamente); Greatest Hits/James Taylor (465); Songs You Know By Heart/Jimmy Buffett; Appetite for Destruction, de Guns N’ Roses (434), y Greatest Hits de Fleetwood Mac, con 368. En el haber, Dark Side of the Moon se mece alrededor del puesto 14 en la mencionada lista de Billboard, de 50 posiciones. Hechos visibles en “El Lado Oscuro de la Luna”.

El lado oscuro de la Luna.
   Dark Side... no fue un ¡boom! en su momento, como lo fue Rumours, de Fleetwood Mac, que en 1977 se convirtió en el mayor best-seller, sino que más bien es una suerte de producto añejado que creció con el tiempo. Investigaciones demuestran que hace unos 15 años el 20% de las compras las representaban  las nuevas generaciones de fans, mientras que el 80% restante las realizaban los que ya tenían el álbum y que deseaban reponerlo por desgaste o ralladuras, o por tener una placa de repuesto. Era la época de los LP’s negros. Por eso, cuando llegó el CD se pronosticó que las ventas de D.S.o.t.M. se reducirían —¡ejem!, se ‘estabilizarían’—. Era lógico: los CD’s no se rallan. Pero no sucedió así. ¿Por qué? No queda más explicación que lo conocido en el argot de la industria como “mercado de fidelidad”: que por una razón acaso tan oscura como la propia cara oculta de la Luna, el disco lo compra la misma gente... sabrá Dios por qué.

Y no es cuestión de “Dinero”.
   La radio ayuda, claro. Las emisoras de Classic Rock tocan Dark Side of the Moon con frecuencia(*2). Y en el pasado Money (“Dinero”), la quinta canción y primer hit del longplaying —paradójicamente una de las composiciones “menores” del álbum, aunque la más potable para el público general—, fue la que expuso no sólo al disco, sino a la propia banda. Money fue durante mucho tiempo en las ondas de Norteamérica el gran ‘palo’ de P.F. hasta la llegada de Another Brick in the Wall, de 1979, su único number one. Pero aunque fue quizás por Money que ayer la gente compró el vinilo, no es sólo por “Dinero” que los fanáticos de Pink Floyd siguen comprando hoy un disco de tan desolado título.

Pinkfloydianos, una raza aparte.
   Los verdaderos fans de Pink Floyd son una casta aparte. Saben que Pink Floyd hace música programática, o sea, discos de contenido ordenado. Por eso no les gusta escucharlos a pedazos, como a otros intérpretes. Una evidencia de ello es que entre sus seguidores el Greatest Hits de Pink Floyd es el de menos venta. Pero existe otro dato curioso; consideran a Wish You Were Here (1975), el ‘mejor’ disco de la banda. ¿Por qué entonces el récord de venta lo ostenta The Dark Side... y no éste? Ahí voy:
  
   Dark Side of the Moon fue grabado en los célebres Abbey Road Studios de Los Beatles, en Londres, entre junio de 1972 y enero de 1973, con nada menos que Alan Parsons como ingeniero de sonido. Aunque Wish You Were Here —a pesar de The Wall— es la obra maestra de Pink Floyd, Dark Side of the Moon es el disco más representativo de la banda. Los sonidos alucinógenos, la espacialidad del estéreo, la secuencia de las canciones, la plañidera guitarra de Dave Gilmour, los demenciales textos de Roger Waters y el acento ‘ligero’ en Money, en fin, su estructura seca y arquitectónica —en el Colegio de Arquitectos se conocieron los Floyds— hacen de Dark Side of the Moon un catálogo del genuino espíritu pinkfloydiano. Esto explica su prevalencia.

Clásico
   Aunque las cifras exactas no se divulgan, expertos estiman que entre 5 y 8 mil copias se venden semanalmente sólo en los Estados Unidos. Dark Side of the Moon sigue siendo no sólo el álbum de más venta en la historia de Capitol Records, sino uno de los mejor vendidos desde la época de los dinosaurios hasta la fecha.    
  
   ¿Quiere decirlo en dos palabras? Lo clásico es intemporal... y Dark Side of the Moon es un clásico. Ésa es la clave. Y calculo que la manía general por Pink Floyd reverdezca para fin de año cuando, para celebrar los veinte años de The Wall, el disco sea relanzado junto con la película, ahora también en DVD. 
  
   Money, it’s a gas... dice la letra de la canción. Maybe, pero Dark Side of the Moon, empero, no es nada volátil. Está bien sujeto a la historia del rock, y no hay vaporcillo de moda que sea capaz de evaporarlo. 

 

(*1) Semana del 13 de octubre.
(*2) Dato curioso: La emisora Big106 (105.9 FM) de Classic Rock, del Sur de la Florida, durante la tarde del verano de 1999 en que los servicios meteorológicos anunciaban la inminente llegada de huracán Floyd a la zona, estuvo tocando música de Pink FLOYD todo el tiempo.

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