click on picture above to return to SCION's index
 

La firma se diversifica

Y continúa su escalada de conquista entre los más jóvenes...
¡con la ayuda de papá!
—...y ahora viene en forma de carro "normal" (¡?!)—

por PEPE FORTE/Editor del Canal de Autos de iFriedEgg.com.
Publicado en la revista SOBRE RUEDAS en 2004.

Los padres de la ‘Generación-Y’ que no cuentan con ingresos familiares de tres cifras ahora están muy contentos. El drama de destinar dinero para comprar el primer auto a los adolescentes que se estrenan al volante deja de serlo gracias al Scion tC, que permite colarse por la grieta entre un beemer del entry level, nuevo, o un Mustang de uso bien cuidado, o viceversa.

La línea Scion bajo la sombrilla de Toyota, aún de breve data, ya va por tres modelos y ha echado su suerte entre la demográfica más joven, una jugada sin precedente en el mercado automotriz. Al pionero de la familia, el cuadrado xB (ver review del auto en este mismo website) siguió un modelo menos radical, el xA, y ahora nos llega el dinámico tC en el 2004. Para tener éxito en esta operación hay que dibujar por dentro y por fuera un auto que no sólo se ajuste al paladar de la más joven generación y cortar el vehículo a la medida de su gusto, sino que hay que considerar las necesidades de tan particular prospecto y, sobre todo, hacer al auto monetariamente asequible al bolsillo juvenil y/o al de la generación progenitora que, en la mayoría de los casos es quien paga por el primer auto de los vástagos de la familia.

La apuesta es difícil. ¿Quién se habría atrevido a vislumbrar siquiera que el mercado automotor podría contar con un auto nuevo para los jóvenes y de acceso financista a ellos? Scion ha logrado ese milagro desde el primer modelo, y con el tC remacha el suceso ya obtenido.

El Scion tC es un cupé (bueno, esto lo discutiremos más abajo) atractivísimo y excelentemente bien diseñado. Con su falda o perfil de tiro alto [la distancia que media entre el borde inferior del auto y la línea de las ventanillas] y su cristalera comprimida, se ajusta a lo más caliente de la estética automotriz contemporánea. El styling en general es seco, sin grandes despliegues ni molduras, para un dibujo coherente, modular, aerodinámico. Los indicadores direccionales están ubicados en los retrovisores laterales. El interior hace eco del mismo concepto, con botonería discreta y ergonómicamente ubicada. La consola central preside el interior en aluminio, con una mezcla de pulsadores y botón rotatorio, además de displays de cuarzo líquido con iluminación que bien podría describirse como sicodélica. Mucho de esta estética fue ensayada previamente y a tope en el Scion xB, que permite convertir al auto por dentro en una suerte de arcoiris ambulante al poder escoger casi una decena de luces de colores para iluminarlo interiormente.

El Scion tC es un ejemplo de racionalidad, de discreción, de serenidad, de moderación y buen gusto al diseñar. resulta increible como apela a una demográfica joven sin estridencias. es como un acto de buena y creíble magia...

Para empezar, se separa un poco de sus hermanos por el detalle de los relojes, ubicados ahora detrás del timón (como es rutina en todos los autos) y no al centro de la consola, criterio que olvidado desde los años 50 re-estrenó hace poco el diminuto de Toyota, el Echo. Los paneles interiores de las puertas posiblemente protagonicen el mejor momento de la arquitectura interior del carro, así como el estéreo Pioneer que se oculta bajo una tapa a lo Lexus SC y que posee radio satelital y tocador de Mp3. Esto es sinónimo de la más aguda contemporaneidad.

Los ingenieros japoneses interpretaron muy bien el sentir la más joven generación y, por otro lado, se mimetizan con el modo de diseñar teutón. Se respira aliento germánico en el diseño interior del tC, lo cual no significa que el coche sea una burda imitación carente de personalidad propia. El tC está muy lejos de imitar, sino que más bien parece provocar el uso de papel carbón en otros: ¡La más reciente edición del Volvo S60 está próxima en diseño exterior al más nuevo de los Scions! De cualquier manera, lo cierto es que si el tC pudiese viajar atrás en el tiempo, la escuela Bauhaus lo premiaría.

El tC se mueve mediante su magnífico motor de l-4. Su cilindrada de 2.4 litros es capaz de generar 160 caballos de fuerza. Viene acoplado a ideal transmisión manual de 5 velocidades (otro detalle para conquistar a la fast & furious juventud) o automática de 4. El consumo de combustible de la fórmula, combinado entre ciudad y carretera es de 25mpg.

Su rodaje es tonificado a la europea, gracias a su suspensión independiente en las cuatro ruedas. Por cierto, trae llantas de aleación de 17″ con neumáticos categoría Z como equipo estandar.

¿Y qué es? Ya dijimos que cupé, pero técnicamente hablando es un hatchback, aunque tal vez lo mejor sería crear una nueva categoría para definir al tC: hatchcoupe... ¿le parece? pues es en realidad es una mezcla de ambas cosas.

La tercera puerta o puerta trasera hace una sola pieza con la tapa del baúl e incluye el cristal o parabrisas trasero. Al abrirla, ofrece un gran acceso por detrás. Mientras, todos los asientos, excepto el del conductor, son abatibles, lo que permite introducir en el tC longitudes de hasta 8 pies ¿Para qué? Ya los chiquillos se las arreglarán...

Como equipamiento estandar ofrece las amenidades eléctricas conocidas y que se van haciendo estándar aún en los coches más magros en ofrecimientos [ventanillas, pestillos…] y en cuanto a seguridad, ofrece bolsas de aire, incluida una para las rodillas del conductor (cosa que hay que acreditar como pionera al KIA Sportage hace más de 5 años), pero carece de los softwares contemporáneos de control de las dinámicas del vehículo. Y a todos estos ofrecimientos se puede acceder por debajo de $20 mil, promediando 16. Y esto es lo que nos conduce a la jugada de mercado de Scion de hacer asequible el auto a la más joven demográfica y que, por razones obvias, tiene menos poder adquisitivo o depende de las finanzas ajenas... más allá de su disposición a gastar todo el dinero del mundo... especialmente si es ajeno. Todos estos ingredientes se enmarcan en el propósito de la compañía de apostar por llegar al mercado de las familias de ingresos medios o bajos, abocadas a la necesidad de comprar el primer automóvil al hijo o la hija en el umbral de la adultez, con la correspondiente necesidad de movimiento propio e independiente. Es por eso que, sin discusión, los jóvenes están de fiesta con el tC… pero más lo están sus padres. Aunque el Scion tC fuese un auto aburrido y mediocre (cosas de las que está a años-luz de distancia) sólo por esto de representar —al menos y por lo menos— una movida de mercado inteligente y favorecedora, merece el aplauso. Lo demás, está por ver...