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Al final del review el lector puede acceder mediante un link
o enlace a un capítulo separado de este reporte,
que ofrece samples o fotografías tomadas con la NEX-6
durante el período de pruebas de la cámara en un viaje a Europa.
 

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com,
y conductor del programa radial EL ATICO DE PEPE,
de lunes a viernes de 5:00pm a 6:00pm ET, por la 710 AM,
y de AUTOMANIA, domingos de 12:00pm a 1:00pm
por WQBA 1140 AM, ambas emisoras en Miami, Florida,
de Univisión Radio
.

Cortesía de la oficina de Sony en los Estados Unidos, pudimos probar la Sony NEX-6 durante un reciente viaje a Europa, y éstas son nuestras impresiones de la cámara:

La serie NEX de Sony representa un conjunto de cámaras avanzadas que son una excelente alternativa al fotógrafo profesional o al aficionado adelantado y cuyos modelos funcionan óptimamente como esa útil alternativa que se conoce como second body.
La tres características fundamentales de la esta serie es que, uno, sus cámaras son mirrorless, o sea, que carecen del espejo de pivote en 45º ubicado en el housing frente al sensor, heredado del que antecedía al obturador de cortina en las cámaras de film de 35 mm, o sea, de las SLR; dos, que poseen óptica intercambiable y, tres, que emplea CMOS en vez de CCD, como en las máquinas fotográficas de más magnitud.

Estas cosas resultan no sólo muy atractivas para el fotógrafo serio, sino que hacen a estas cámaras muy versátiles.

Antes de seguir detallando la NEX-6, y justamente para ello mismo y así comprender mejor su explicación, se hace necesario contar la historia de la serie.

El primer modelo de la panoplia fue la NEX-3, que llegó al mercado en la primavera del 2010 y que salió casi al unísono con otro más avanzado, la NEX-5. Ambas cámaras eran de 14 megapíxeles y resultaron un éxito inmediato, especialmente la 5.

En junio del 2011 Sony lanzó una nueva edición de la 3 (la NEX-C3), y casi enseguida, en agosto, la NEX-5N, que representó un paso de avance sobre la 5 regular (podía obtenerse en un atractivo terminado metálico, con lentes y todo de tal look; y la 3… ¡hasta en rojo!).

En mayo del 2012 las tiendas vieron la NEX-F3 y después, en agosto, la NEX-5R, pero antes, en el verano del 11, con la NEX-7, Sony subió la parada…

…sin duda hasta hoy el modelo tope del conjunto (en diciembre del 2013, Sony puso a la venta la portentosa Alfa 7R anunciada en octubre del mismo año, con una resolución de 36 megapíxeles y nada menos que dotada de sensor fullframe, pero aunque cuenta con la misma bayoneta E de la línea que nos ocupa, sin embargo no ha sido identificada como una NEX).

¿Y dónde está la 6? Pues, resulta que Sony rompió el secuencial, ya que la NEX-6 salió a la venta en la primavera del 2013, después de la NEX-7.

También tenemos que señalar que tras la 6 llegaron la NEX-3N, y la NEX-5T.

La primera señal que obtenemos de esta cronología es que aunque particularmente en el presente mucha gente cree que la 6 es el reemplazo de la 7, y que la 7 lo es de la 5, en realidad no es así, sino que tanto la 3, como la 5, la 6 y la 7 son cámaras separadas, con la 3 ubicada en la categoría más elemental y la 7 en la más alta. Cada una de ellas, dentro de su propio número identificatorio ha tenido —o acaso tendrá— su propio reemplazo. Pero como en algún modo la 6 y la 7 están emparentadas en espíritu, en este artículo a menudo compararemos a una con la otra, o la otra será una referencia de la una. Pero eso sí: descartamos como alternativa de la 6 incluso a la nueva 5, eficaz, pero más simple.

Hagamos ahora la disección de la NEX-6:

La Sony NEX-6 es una cámara pequeña y liviana fácil de asir gracias a su protuberante grip o empuñadora integral vertical en el lado izquierdo del cuerpo destinado a la mano derecha. Pesa, sin lente, 345 g (equivalentes a 0.76 lb / 12.17 oz), y sus dimensiones aproximadas son de 4 x 3 x 2 pulgadas. .

De óptica intercambiable como dijimos arriba, cuenta con una de las dos bayonetas de Sony, la E (la otra es la A o Alpha, para acoger la serie de lentes de las cámaras “grandes” de Sony, sus SLR’s). Estas bayonetas cuentan cada una con un número de lentes a elegir, pero no son compatibles, de manera de los ofrecimientos ópticos de un tipo de cámara no montan en la ajena, aunque existe la alternativa de una anilla adaptadora que sobrevuela este impedimento.
La cámara puede comprarse sin lente (body only), y se ofrecía así en el mercado cibernético en la fecha de publicación de este review por un precio $598.00, y por $748.00 en la misma fuente asociado a su lente default, el Sony zoom 16-50mm (equivalente en 35mm a unos 26-80mm) con apertura inicial de 3.5.

Este lente, ópticamente hablando, garantiza imágenes de buena resolución. Es recomendable protegerlo con un filtro ultravioleta de 40.5 de diámetro porque la lentilla exterior está muy expuesta (por cierto, no es muy fácil de conseguirlo…).

Este lente se remueve fácilmente, y acoplado a la cámara no afea, pero aunque es bueno y confiable, el plástico empleado en el barrilete parece barato.

Mucho antes que los automóviles u otros productos fuesen tocados por la llamada globalización, las cámaras y los accesorios fotográficos fueron pioneros del fenómeno. El lente de nuestra unidad de pruebas fue hecho en Tailandia.

La NEX-6 no opera los lentes zoom desde su propio cuerpo como pasa con las compactas de óptica no intercambiable, sino que lo hace en el propio lente. En este caso, el usuario desplaza eléctricamente sus diversas distancias focales gracias a un switch de arco instalado verticalmente en el lado para la mano izquierda. Para el ángulo ancho hay que empujarlo hacia abajo, y para el tele, hacia arriba. La operación es relativamente lenta, y se detiene momentáneamente cuado alcanza los 50mm en cualquiera de los dos recorridos.

El zoom también puede operarse manualmente con la anilla exterior del lente, ancha y ergonómica, pero al manipularla, por ruidosa y carente de fluidez continua, produce en el usuario la misma inquietante sensación de baratez que el switch. No debe olvidarse que son soluciones de diseño para lo que puede considerarse una cámara de relativo bajo costo, de modo que no hay que alarmarse por ello, máxime cuando se trata más de impresiones que de lo real.

Y, finalmente —insistimos—, este lente satisface en sus resultados, que eso es lo que cuenta. Pero probamos la NEX-6 más con otro lente, el zoom 18-200 (unos 28-300 en 35mm), más grande y capaz, que merece un análisis aparte.

Este lente, voluminoso y pesado, exhibe una anti-estética protuberancia en la parte baja del barril que alberga al motor eléctrico.
Su nombre oficial es Sony E PZ 18-200mm F3.5-6.3 OSS, y su precio online es de poco más de mil 100 dólares (es más caro que la 6 sin lente). Fue el que más usamos en el viaje.

El zoom eléctrico de este lente también es lento —adivinamos que no es un zoom, sino un hiperfocal con autofoco y de ahí su conducta—, y se puede operar manualmente. Pero al ser de distancias focales extremas accionadas rotatoriamente en vez de a lo cañón como habría sido más útil en este caso, la operación a mano se hace anti-anatómica. Y la anilla se desplaza forzosamente, pues tiene que batallar con el sistema que la mueve eléctricamente (no se puede mover antes de ponerlo en manual gracias a un selector en el costado).

Con este lente al frente de la cámara, ésta adquiere más volumen y peso para una distinta dinámica de uso que con el pancake 16-50. Existe una alternativa más asequible a este lente, de igual distancia óptica, el Sony E 18-200mm F3.5-6.3, manual, que carece del bulto citado del PZ.

Para preservar la estética de la cámara que lo llevará, este lente se ofrece con terminado metálico o en negro. El precio ronda los altos $700 dólares, pero no llega a $800.

En cuanto al sensor: La NEX-6, a pesar de su talla, emplea en vez de CCD como acaso correspondería a su tamaño, un CCD, cual si se tratase de la más seria de las SLR’s. Por lo menos en teoría, virtualmente los CMOS entregan mejores resultados fotográficos que los CCD’s. Pero lograr esto en una cámara pequeña es todo un desafío tecnológico porque los CMOS se calientan mucho, lo cual se percibe inmediatamente al tacto si mantenemos en mano la NEX-6 mucho tiempo encendida. Por eso es recomendable setear la cámara a través del menú de opciones para que se apague en segundos o breves minutos si permanece inerte en On.

El CMOS de la Sony NEX-6 es de 16.1 megapíxeles, y aquí aparece la primera disyuntiva, si comprar en su lugar la NEX-7, de 24…. Esta diferencia en verdad, es posiblemente la capital para finalmente decidirse por una o por otra. Pero en nuestro caso, aunque la NEX-7 nos fascina, nos consolamos diciéndonos que 16 megapíxeles son harto bastante. Así que nos quedaremos por el momento, con la 6, porque precisamente ella ofrece algunas particularidades que terminan convenciendo al profesional.

La primera de estas dos características es que la NEX-6 viene con Wi-Fi; donde quiera que se disponga de esta conexión, la cámara es capaz de enviar inalámbricamente a cualquier receptor las fotos que toma, lo mismo a un celular que a un e-mail o las redes sociales.

Es cierto que la transmisión es un poco lenta, pero está ahí como una utilísima opción de envío, sin tener que download las fotos en una computadora.

La segunda es la rueda de comando “a la antigua” que la NEX-6 lleva en el lomo, y que prefieren los profesionales.

Se trata de un control manual, rotatorio que contempla las típicas opciones de exposición de Program (P); Prioridad a la Apertura (A); Prioridad a la Velocidad (en este caso definida por la inicial de speed, S, ‘velocidad’ en inglés, en vez de la típica T de time hallada en otras cámaras; la M de Manual, y otras operaciones tan en boga hoy como dos modalidades de AUTO, representadas por un ícono en forma de camarita fotográfica, y Panorámica (por cierto, este comando trabaja muy bien como se aprecia en la foto inmediatamente debajo, de la costa de Normadía, en Francia, en que la cámara "empató" en uno la secuencia de frames:).
En el caso de la 7, que no ofrece este selector, estas operaciones se hacen rotando en su lugar dos ruedas negras lado a lado en la parte superior de la cámara, lisas, sin identificación ninguna.
Estas ruedas accionan virtualmente ese control de operaciones reflejado en la pantalla al dorso.

Preferimos la solución tradicional de la NEX-6.

La NEX-7 posee un zapato caliente para el flash dedicado externo como el de Minolta —o sea, distinto— de modo que todos los demás que emplean la montadura universal no entran ahí.

La 6, empero, utiliza el zapato común y por esta otra razón también la preferimos a la 7.

La 6 cuenta con un pequeño flash incorporado, que según el menú puede ser convocado manualmente o por automatismo. Emerge de su compartimiento mediante un botón en el reverso de la cámara y luego regresa a él oprimiéndolo gentilmente con el índice.

Aunque oficialmente Sony no dice que puede usarse tipo bounce o rebote, como la columnilla que lo sostiene es articulada, algunos usuarios han descubierto por su propia cuenta que puede entonces inclinarse suavemente hacia atrás, pero el fotógrafo lo hará a su propio riesgo. Nosotros lo ensayamos, mas en realidad no obtuvimos los resultados de luz esperados.

Regresando al sensor… el de la 6 no es fullframe.

La respuesta que obtuvimos en nuestro viaje fueron excelentes en general. Hicimos un loop en automóvil París-Bruselas-Gantes-Brujas-Dunkerque-Calais-Etretat-Le Havre-Normandía-Caen-París, en el que alimentamos a la cámara con hermosas vistas del recorrido, diurnas y nocturnas, en una diversidad de climas variados desde días soleados hasta nublados y lluviosos.

El lector puede ver algunas de esas fotos si presiona justo sobre esta línea, que le llevará a un capítulo aparte de este reportaje, que las exhibe, y que recomendamos no debe ignorar para tener una idea de lo que calidad de imagen la NEX-6 es capaz.

No creemos que el CMOS de la Sony NEX-6 sea superior en calidad, por ejemplo, a los de la más reciente serie G de compactas de Canon.

En algunas situaciones notamos un poco de ruido en áreas de las fotos de bajos EV’s u oscuras, a pesar de lo cual la rendición en escenas nocturnas es espectacular.

Pero especialmente en escenarios bien iluminados y de colorido —como en los jardines de la casa de Monet en Giverny—, las imágenes atrapadas emularon en vibración cromática a los cuadros del maestro impresionista.

Claro, a través del menú de la cámara, se pueden saturar nativamente las fotos y eso fue lo que hicimos.

El file nativo de la cámara cuando se abre en Photoshop es de unos 4.5 MB, 350 pixels, y unas 14 pulgadas de ancho.

Para cerrar este tópico, si bien como dijimos el sensor de, por ejemplo, nuestra vieja G11 supera en calidad al de la NEX-6, en cambio en la Canon no podemos acoplar ópica intercambiable. Además, el foco nos parece más rápido en la NEX-6.

La NEX-6 tira en dos calidades, Fine y Normal, ambos formatos comprimidos; usamos siempre el primero, pero también cuenta con RAW.

Los modos de medición son Multi; Énfasis en el Centro, y Spot o de punto. Cada uno tiene su utilidad según los niveles de contraste en la escena, y el fotógrafo experimentado sabrá escoger el adecuado para cada episodio de luz. En nuestro caso, en cuanto al modo de exposición, no nos ocultamos para decir que trabajamos casi todo el tiempo con P (Program) y, cuando se trató de interiores, de escenas bajas de luz como al final de la tarde o la noche, empleamos el modo AUTO inteligente, naturalmente, gobernando la cámara aún dentro de estos automatismos de exposición recomponiendo la escena o seleccionando a través del propio visor dónde centrar el fotómetro.

La velocidad máxima de la NEX-6 es de 1/4000 seg., y la mínina de 30 segundos enteros. Y, como cámara sin espejo, por razones obvias, el ciclo de las velocidades de obturación es más rápido.

La NEX-6 también es una excelente alternativa para usarla como cámara de video. Con una resolución máxima de 1920 x 1080, a 60 ó 24 cuadros por segundo. El micrófono incorporado es estéreo.

La pantalla trasera de LCD tiene muy buena resolución (920 mil puntos) con luminosidad controlable para poderla ver al aire libre bajo mucho sol, y ofrece live view. Mide 3 pulgadas (que se cuentan en diagonal). Es articulada, pero limitadamente, sólo para inclinarla hacia arriba o hacia abajo, pero no se desplaza lateralmente ni puede ser invertida para tomarse una foto uno mismo como sí es capaz la nueva 5.

Mas, en cuanto a esto, otro atractivo de corte profesional es el viewfinder o visor (no óptico, sino electrónico) de la NEX-6, de una resolución y nitidez impresionante que ofrece al fotógrafo casi toda la misma información de exposición que muestra el screen y, por si fuera poco, cubre 100%.

Y otra solución inteligente de los ingenieros de Sony es que fue ubicado en el extremo de la cámara hacia la izquierda del usuario, así que al mirar a través de él la pantalla queda a buen recaudo del contacto con la mejilla y la nariz, sin la que la grasa natural de éstas empañe su superficie.

El screen refleja todos los status de la cámara y los valores de exposición.

El usuario puede escoger varias alternativas de información, desde la más saturada con todo, todo, como el display de un F-16, hasta la más simple, que revela sólo el estado de la batería, el contador, la selección de exposición y la resolución.

Además, una celda aledaña detecta cuando se mira a través de él y entonces apaga la pantalla para ahorrar batería. Pero este es un punto flojo de la 6: es una cámara glotona de energía.

La batería, de litio-ión NP-FW50, recargable, aunque Sony asegura que es capaz de 360 tiros, no nos pareció suficiente para una larga sesión de trabajo como correspondió a nuestras jornadas diarias durante el viaje. A menudo, antes que terminase el día, hubimos de echar mano a otra de repuesto que adquirimos, y recomendamos esto, tener una extra.

La batería se ubica como en casi todas las cámaras de este tamaño en su parte inferior. Nos llamó la atención que es pestillo para abrir o atrancar la portezuela es inerte, es decir, que carece de resorte.

La operación de remover la batería no es una misión imposible, pero para quienes tienen dedos voluminosos resulta un poco engorrosa.

La cámara no viene con un cargador externo sino que ella misma hace la función mediante un transformador que se conecta a su cuerpo vía un USB pequeño. La recarga es lenta. El cargador externo se puede obtener aftermaket (también recomendamos hacerlo).

En el costado donde se encuentra el puerto USB hay otro HDMI, ambos ocultos por una portezuela que, como siempre, para los nerviosos que carecen de uñas es difícil de abrir.

La espalda de la cámara está dominada por supuesto que por la pantalla, que ocupa más o menos las tres cuartas partes del reverso de la máquina, dejando hacia la mano derecha del fotógrafo una sección para pulsadores de comando. Un arreglo nada desacostumbrado para las cámaras digitales del presente.

Ese espacio cuenta, como en tantas otras cámaras semejantes, los botones para el display y la importante rueda de comandos combinados que permite acceder al menú y a operaciones particulares como el autodisparador, los disparos continuos, la selección del foco, la sensibilidad, etc.

Aunque de entrada parece que esa área está muy saturada en botonería que no deja espacio para apoyar el pulgar, en realidad es todo lo contrario. Lo que pasa es que en otras cámaras , como por ejemplo, la Canon G11, la yema del pulgar se puede apoyar en la esquina superior, pero intuitivamente en la NEX-6 eso no lo hacemos porque ahí está el selector de operaciones.

Hay que entrenarse un poco para colocar el pulgar en el lugar que ha sido reservado detrás para él o, en su defecto, en el lomo de la cámara, después del selector de exposición, sobre la cabeza del flash deprimida.

Una mejora que tiene la NEX-6 sobre la 7 y que Sony corrigió por las quejas de los usuarios es que el botón de grabación o filmación estaba precisamente en elmismo plano del pulgar (como se aprecia en la composición fotográfica inmediatamente debajo en el recuadro a la derecha del lector), y así accidentalmente y sin quererlo, el fotógrafo lo activaba al presionar ahí. En la 6, ese botón fue reubicado en la esquina de la cámara, hacia arriba, y ahora de verdad no hay manera que sea tocado a menos que se desee hacerlo.

Pero, hablando de botonería… el interruptor de encendido, en torno al disparador, aparece señalizado con las palabras Off On en blanco sobre material cromado, muy pequeñas, difíciles de ver aún para quien no usa gafas graduadas. Nos gustaría que los ingenieros de Sony hicieran más visible esta identificación en próximos modelos y hasta que agregaran una protuberancia para que al tacto en la oscuridad se pudieran ubicar.
Otra cosa que resulta un poco dificultosa especialmente para las personas con dedos voluminosos es la remoción de la tarjeta. La NEX-6 emplea la tarjeta compacta tipo SD.

Otras características de la NEX-6 que debemos citar: carece de GPS; el rango de ISO va de 100 a 25,600; no tiene estabilización de imagen; el flash integrado cubre 6 metros de distancia; posee bracketing de autoexposición; toma fotos en blanco y negro, y en blanco y negro con otro color seleccionado en la escena; el video es grabado en formato MPEG-4 o AVCHD; ofrece (opcionalmente) un control remoto infrarrojo, y no tiene un plug para micrófono externo.

Antes de cerrar el review queremos hacer una reflexión acerca de este tipo de cámaras y el papel de Sony en ella.

Sony, una compañía que para los baby-boomers de Estados Unidos era sólo un firma (magnífica, by the way) de audio, fue ganado aún en esa generación seguidores en el mundo de la imagen en lo que respecta a televisores, al punto de ser considerados por mucha gente como los mejores desde el estreno de su pantalla Trinitron hace más de 30 años. Pero últimamente se ha deslizado con suceso al mundo de la fotografía y poco a poco ha ido ganando reputación en ese universo, incluso con excelentes cámaras SLR.

Ocurre que ahora, en este formato de las llamadas mirrorless cameras, junto con Fuji, Olympus y Samsung, se ha convertido en un nombre para respetar. Todavía algunos profesionales consideran que en esta categoría Fuji supera por un escalón a Sony… ¡pero Fuji no tiene la cantidad de lentes con qué calzar a sus cámaras que Sony sí! y, además, Sony “amenaza” con más, especialmente con una nueva serie de ellos para la flamante 7R que lleva fullframe. Y para un fotógrafo serio tener de dónde escoger óptica siempre gana la partida…

Por otra parte, se nos antoja que este segmento de cámaras podría ser, desde que salió al mercado la Leica I de 1925, lo que el formato de 35 mm significó para las máquinas de formato. A través de otras marcas luego, como Nikon, Pentax y Canon, por su versartilidad, peso y talla, las inicialmente despreciadas por pequeñas cámaras de 35 terminaron derrotando a las de medio formato, demasiado voluminosas e incómodas para el periodista y el corresponsal de guerra. Por eso creemos que las “despejadas” podrían revivir ese episodio histórico y destronar a las actuales máquinas de 35mm que ¡ahora son muy grandes comparadas con estas!

Y tanto es así que, aunque al principio del artículo dijimos que estas cámaras representan el llamado segundo cuerpo, ya hay fotógrafos que se están deshaciendo de su equipo de 35mm para convertir en el primer cuerpo a cámaras del tipo de la serie NEX de Sony. Todo está por ver…

En cuanto a la Sony NEX-6… ¿perfecta? No, no lo es, porque simplemente las cámaras nacieron después que Adán fue expulsado del paraíso. Pero sí la recomendamos porque la creemos seria, capaz, amigable, y con un potencial que emula a los resultados de las SLR más respetables.