Por PEPE FORTE/ Editor del Canal de Autos de iFriedEgg.com, y conductor de AUTOMANÍA, programa radial dominical sobre la industria y el mercado del automóvil, domingos desde las 12:00pm ET y sábados desde las 2:00pm ET por WQBA 1140 AM en Miami, Florida, una emisora de Univisión Radio.

El Comet fue un auto fabricado por Mercury, que era una división de Ford Motor Company, entre 1960 y 1969, año último éste en que su producción paró, para regresar al mercado entre 1971 y 1977.

Mercury —desaparecida desde el 2011—, fue establecida en 1938 por Edsel Ford, el hijo del fundador de la compañía Henry Ford. Fue una división intermedia entre los vehículos Ford, más simples y económicos, y los Lincolns, de lujo. Su origen se debe a la creación del Falcon, un Ford que se apartaba de la manada y que no encajaba en su concepto. Para darle vida, se decidió entonces la creación de una nueva línea paralela de coches a la que sin embargo se le llamó Mercury (Mercurio), no por el planeta ni por el elemento, sino por el dios de la mitología romana. Ford empero no utilizaría el nombre de Falcon hasta 1960 cuando puso en el mercado su primer auto compacto. Y precisamente es en el Ford Falcon que se encuentra el origen del Comet.

Así pues, el Comet fue la versión de Mercury del Ford Falcon, el compacto por excelencia de Ford en la era en que Studebaker (el Lark) y Chevrolet (el Corvair) ensayaban autos más reducidos en talla a finales de los años 50. El término “compacto” fue acuñado por George Romney —el padre del pre-candidato presidencial Mitt Romney— a la sazón presidente de American Motor Company, que había puesto en el mercado un vehículo del corte, el Rambler.

Como era un Mercury, el Comet tenía un interior, como se dice en inglés, upscale, superior al del Ford Falcon y era ligeramente más largo.

Estrenado en 1960, el Comet inicialmente iba a ser un Edsel.

Edsel, contrariamente a lo que todavía hoy mucha gente cree, no era otro modelo Ford —como el Fairlane, por ejemplo—, sino la cuarta división de la compañía en el afán de aproximarse en diversificación a General Motors que para entonces contaba con 5 divisiones. Pero como el Edsel debutante de 1958 fue tan criticado y mal recibido —sobre todo por su estrambótica parrilla— casi al nacer Ford sabía que no superviviría como marca, así que decidió pasarle el Comet a Mercury. Por esta razón, al Comet se le dotó de una parrilla a lo Mercury, no como un Edsel. Sin embargo, otras partes de Edsel sí integraron la carrocería del Mercury Comet, como las luces traseras —que conservaron en la primera camada de vehículos de 1960 la letra “E” de Edsel como código de pieza—, la cabeza de la palanca de cambios, la botonería del panel, y hasta la llave de ignición, exacta a la del Edsel, pero cuya letra inicial fue solapada por una “C”.

También incluyó componentes de otro Mercury, el Meteor. Mas, aunque vendido en los concesionarios de Mercury, se mercadeó inicialmente sólo como Comet (a propósito, Ford adquirió el nombre de Comet de un fabricante de carrocerías de carrozas fúnebres, especialmente para Oldsmobile).

A diferencia del Falcon, el Comet tenía en vez de dos, cuatro lámparas delanteras.

El Comet llegó a los concesionarios en marzo de 1960 como modelo del mismo año, una solución de mercado inquietante: en esa época los nuevos coches salían en el otoño del año precedente, correspondiente al próximo.

Como una caja de caramelos surtidos, el Comet venía en varios tipos: cupé de 2 puertas, sedan de 4, y station wagon de 2 ó 4 puertas. Dos cortes daban sabor a la panoplia: standard y custom. Este último, más personalizado, contemplaba detalles cromados y vestidura de vinilo.

Pero en la edición de 1960 se podía optar por un solo motor, el Thriftpower 144 —lo de 144 corresponde a tal cantidad de pulgadas cúbicas en que se medía la cilindrada de los motores en EEUU; equivalente a 2.4 litros—, de 6 cilindros en línea, que generaba 90hp. Este motor, empleado en el auto hasta 1964, acoplaba a transmisión manual de 3 velocidades con palanca de cambios a la americáine ubicada en el árbol del volante, o la automática de 2, llamada Merc-O-Matic, exclusiva del Comet.

Como se escucharon quejas de su poca potencia —estudiosos aseguran que en realidad desarrollaba 85 caballos—, luego le fue añadido un motor más capaz, el 170, que producía 101hp.

El chasis del Comet fue estirado 5 pulgadas sobre el original del Falcon. Y fue en 1962 cuando oficialmente se comenzó a vender como Mercury Comet. Para entonces se había agregado un corte tipo sport, llamado S-22, que era un sedan de 2 puertas con consola central y butacas delanteras separadas, a estilo europeo, en lugar de la bancada enteriza tradicional americana de 3 plazas. Para este año, el Comet se fue aproximando más al look de Mercury; recibió 6 luces traseras y un rediseño del baúl.

Luego vinieron más modelos dentro del propio Comet: el Villager, un estate wagon nostálgico del Ford Woody de 1941 con imitación de madera en los laterales de la carrocería, un convertible, y un techo duro sin columnas (carente de los pilares B). Y, yeah!, le pusieron un motor V-8 (para un prospecto norteamericano un auto sin V-8 es como French fries sin ketchup). Ya estamos hablando de 164hp…

En la etapa entre 1966 y 1969, con la pérdida de interés del automovilista norteamericano por el auto compacto, el Comet —que agregó modelos como el Cyclone, Capri, Caliente y Voyager— dejó de ser un compacto y se convirtió en un mid-size a partir de su primo hermano el Ford Galaxie 500, con su interesante diseño de cuatro luces delanteras dispuestas en dupletas verticales. Y siguió creciendo. Luego no: volvió a sus raíces de compacto.

Pero en 1969 Mercury no utilizó más el nombre de Comet, sino el de Montego. Esto se considera su primer mutis.

En 1971 el nombre fue reivindicado en un nuevo coche, compacto en la medida de lo posible, que fue la versión Mercury del Ford Maverick, un auto de no muy buena recordación. Se le agregó una versión muscle car, la GT, y para 1977 estaba considerado un compacto de medio lujo.

En 1978 el nombre fue descontinuado otra vez en favor del Monarch, lo que hasta el presente, marca su muerte. Hoy el Comet es recordado como uno de los autos con una interesante historia dentro de Ford, allá por la frontera entre la década de los 50 y la de los 60, cuando la compañía sin duda, entre éxitos y fracasos, hizo titulares.