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Un vehículo totalmente nuevo en la panoplia de la firma, que apuesta por una nueva ruta estética y motriz.

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com • Miembro de SAMA • Conductor de AUTOMANIA por WQBA 1140 AM Univision Radio •

Reviewed live! on Automania on March 10/2012

Ya lo hemos comentado otras veces: En 1959 el Ford Fairlane 500 resultó una especie de blueprint del styling de los autos de la entonces inminente década de los 60. Con su frente plano, líneas rectas y una carrocería que ya no era lo redondeada como la que durante los 50 y sobre todo los 40 los autos tuvieron, el Fairlane 500 pronosticó los coches cuadrados, que llegaron a su máxima expresión en los 70 (no fue culpa de Jimmy Carter; de todo lo demás, sí).

En 1985, como el arcángel Gabriel, Ford hizo una segunda anunciación a una nueva era en diseño, la de los autos oblongos, con el debut del Taurus.

Pero no vamos a hablar de Ford; es sólo una referencia para decir que ahora aunque no tanto como todo aquello, Mazda podría ser la compañía automotriz que vaticina si no un cambio dramático en la totalidad de la carrocería, por lo menos en una parte importante de ella: el morro, la nariz, el frente…

Hasta este instante y por casi 20 años, el frente de los sedanes —salvo algunas excepciones— ha sido redondeado, adelantado, como que concebido primariamente pensando en el coeficiente aerodinámico del coche… como para facilitar que la corriente de aire que acomete al auto en marcha por delante fluya fácilmente y se disipe a lo largo del capó como hace el borde de ataque del ala de los aviones. Hmmm... debatible. Y a veces hasta sofisma: A menudo no es diseño de aplicación, sino una solución puramente estética, porque se sabe que tan sólo el frente del vehículo no es capaz de obtener un buen índice de rendimiento, sino que tiene que tratarse de todo el conjunto de la carrocería.

Mas el caso es que sea como fuere, el flamante Mazda CX5 propone ahora una nueva “proa”: Cuando al vehículo se le mira de perfil, descubrimos que su frente es de alzada mayormente vertical.

Y las fotografías del siguiente Mazda6 publicadas como avance de cómo será el auto, revelan que éste sigue también tal patrón estético (un aplauso, que ya aburren los frentes tipo cascada herederos del Chrysler Airflow de 1934).

Este frente del vehículo destaca no sólo por su verticalidad, sino también porque abandona el grille de “amplia sonrisa” diseñado por el holandés Laurens van den Acker y que tanta controversia generó. Ahora ha sido dibujado por el japonés Ikuo Maeda, y consiste en una especie de ampliación del mismo logo de Mazda, con cariz de escudo. Sin duda, agradable….

¿Imitarán este nuevo patrón estético los demás fabricantes? Maybe… pero Mazda no solo está revolucionando el styling —o una parte de éste— sino que también estrena una tecnología de nueva cuenta, la SkyActiv. Y como un compendio o la carta de presentación de ambas cosas, el debutante Mazda CX5 es el sujeto que mejor declara estos aspectos.

Hablemos ahora de tecnología: SkyActiv.
Primero, ¿qué es Skyactiv?

Según Mazda, es la reinvención del motor de combustión interna. Los pistones de los motores de Mazda con la tecnología SkyActiv exclusiva del fabricante tienen, más que una depresión en la cabeza, una especie de pozo en ella. Este diseño, asociado a toda la conducta el motor, su ingeniería y los metales empleados, hace que la combustión sea más amistosa con el medioambiente, al tiempo que produce más torsión con más eficiencia, en específico entre 10 y 15% más de torque, con un 15% más de eficiencia.

Buen punto…

Esto es posible porque la compresión del motor de gasolina SkyActiv es la misma del motor diesel. Cinco ingenieros de Mazda obtuvieron el premio de la Sociedad de Ingenieros Mecánicos de Japón por haber logrado semejante proeza tecnológica.

El motor del CX5 no sólo es revolucionario en tecnología, sino también es estética. Incluye el color del vehículo. Sus detalles aparecen más abajo en el texto.

La transmisión también ha sido rediseñada para optimizar el rendimiento del motor, aunque no es del tipo CVT, y creemos que de haberla acoplado Mazda a su nuevo motor, el rendimiento del CX5 habría sido superior. La cosa es hacerla...

Finalmente, la tecnología Skyactiv se desborda a la carrocería y a su estructura, 30% más sólida y rígida, más resistente y más liviana, que elimina peso, y por eso el nuevo CX es unas 300 libras más ligero que un rival de ley, el nuevo Honda CR-V. Todo esto también garantiza un desplazamiento más estable y seguro del vehículo.

Parte de SkyActiv, en su esencia, a modo de aperitivo, ya lo hemos visto en el Mazda3: en el motor. Pero el CX5 es la realización total de la citada tecnología de estreno y por eso es un vehículo tan interesante… además con el frente recto.

¿Qué es el CX5?
Vayamos ahora al núcleo. Pues, un crossover. Entonces… ¿otro crossover más de Mazda?

Well…

Aparentemente Mazda llena el plato con más de lo mismo. Pero no es así, a pesar de los pesares.

Las informaciones —incluso las originarias en el propio fabricante— respecto del posicionamiento del vehículo, confunden. Se ha dicho que el debutante CX5 es el reemplazo del Mazda Tribute… se ha dicho también que es el reemplazo del CX7. La lógica indica que no sería apropiado para la compañía tener en el mercado a la vez al Tribute, al CX5, al CX7 y al CX9 (además, existe el Mazda5). Alguno de éstos se tiene que ir, como en ese juego de niños —¿“la gata parida”?— en que el último que llega saca de un empellón a uno de los que ya se apretaba en el sofá. Y la lógica también indica que mirando de cerca al CX5, el que se retira es el Tribute, aunque en el momento de nuestra prueba de manejo del vehículo de marras en marzo del 2012, estaban en venta todos los mencionados (lo mismo ocurrió durante un tiempo en Jeep con el Cherokee y el Liberty cuando el último fue introducido en 1999; ganó el Liberty).

También se dice que el CX5 podría fundir a la vez en sí mismo al Tribute y al CX7, que sería como al matar dos pájaros de un mismo tiro, y que entonces quedaría el CX9 como el vehículo que ofrece tres filas de asientos. Pero como el Mazda CX5 es ligeramente más pequeño que el CX7 —cosa que, by the way, no se siente ni al conducirlo ni al estar dentro de él—, podría éste supervivir, y entonces la panoplia quedaría así: Mazda5, CX5 y CX7 (ahora no nos sobra ningún dedo).

Al igual que el Mazda3, el primer vehículo de la firma que vino con motor SkyActiv, el CX5 emplea exactamente la misma planta, un 4 cilindros de 2.0 litros, con una disposición para la aceleración que asombra. Tiene una potencia de 155 hp y 150 libras por pie de torsión.

Tenemos que admitir que a primera vista, en especial la cifra de la potencia, parecería insuficiente para mover el vehículo, pero recordemos que aquí la solución SkyActiv pone a dieta al carro y entonces tal número resulta apropiado.

La eficiencia es de 26mpg en la ciudad y 35 en la autopista —combinadas, 29—.

Naturalmente, la transmisión AWD merma su autonomía, para un millaje de 25 y 31, pero aún plausible para un tipo de vehículo tal cual.

Este motor puede acoplar en el CX5 con transmisión manual de 6 velocidades, o automática de 5, ambas de tracción frontal, u opcionalmente, AWD. El modelo Sport contempla la manual, en tanto que el Touring y el Grand Touring —estos son lo tres cortes en que se ofrece el CX5— llevan automáticas.

El sabor final de este cóctel es que la tecnología SkyActiv le exprime la máxima potencia y aceleración a un paquete así, razón por la cual el CX5 no es un vehículo desganado, sino que se desplaza con ligereza y que responde muy bien a los cambios de senda urgentes que nunca podemos evitar en el agresivo tráfico de los expressways de Miami, Florida, donde vivimos y probamos los autos semanalmente. En esas circunstancias, el CX5 nunca se hizo de rogar; mas bien nos asombró con sus voluntades de chico obediente y aplicado que reacciona adecuadamente bajo presión.

La sensación de la dirección es directa y, en general, entre una cosa o la otra, el CX5 no se parece en modales de manejo a ninguno otro de sus hermanos, sino que se siente él.

La suspensión es adecuada para su talla y peso.

So, el CX5 es un vehiculo que resulta agradable de conducir todos los días de la vida. Y es bastante silencioso en cabina. Lo único que nos pareció un poco deficiente es la visibilidad lateral posterior, que los pilares C y D dificultan.

El CX5 se equipara muy bien en precio por lo que ofrece y en particular por la opción de la transmisión AWD con el Honda CR-V y otros especímenes de la categoría, pero el Kia Sportage de la misma suerte ofrece un precio mejor. Aún el modelo más lujoso del CX5 rebasa por muy poco los $30 mil dólares. (el vehiculo comienza en $20 mil seiscientos y tantos).

Look
Cuando se le aprecia de lado, el CX5 se revela por sus formas más como un SUV tradicional. Las puertas son amplias y de generoso acceso. En esto se aparea al Subaru Outback. Es un vehículo atractivo. Nuestra unidad de prueba era, según rezaban sus documentos, “azul mica”.

Por dentro, el nuevo Mazda CX5 se hace eco de su belleza exterior. Es un auto bien terminado ahí —nuestro “tester” era negro con discretos acentos en aluminio— y tanto el conductor como el pasajero delantero disfrutan de una consola alta, agradable, con terminado.

Los materiales empleados no sólo son buenos, sino que lo parecen —la mujer del César…—. Éstos son blandos y de agradable textura táctil y visual.

El volante es de tres radios y nos complació la ubicación de los switches allí. Probablemente el volante sea el elemento más agradable del interior. Y la radio resulta muy racional para operar.

En realidad, es un interior sobrio, moderado. El de otros Mazdas —como el 3— hay que reconocer que es más llamativo, pero el CX administra muy bien su receta.

Las butacas son cómodas, y nos pareció que la segunda fila de asientos comparte el mismo criterio.

Si de verdad el CX5 reemplaza al Tribute, entonces tiene un gran valor —es decir, una gran valía—, porque con su aspecto de SUV compacto y su dinamismo, representa una propuesta atractiva no sólo dentro de Mazda, sino dentro del segmento. Y el precio así lo avala: El modelo Sport básico arranca en $20,695, pero nuestra unidad de ensayo, tenía una etiqueta más alta, porque estaba mejor dotado.

Con todas estas características, el nuevo Mazda CX5 del 2012 —fabricado en Japón— es sin discusión una opción a considerar en un nicho muy, muy competitivo.

 
A continuación algunas fotos más del flamante Mazda CX-5 para completar su visión: