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KIA SPORTAGE 2011:
El lanzamiento
más espectacular del año

El título suena exagerado en un año testigo de muchos nuevos y sorprendentes vehículos. Pero si compramos el flamante Sportage con las ediciones precedentes, no estamos pecando por exceso...

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com • Miembro fundador de SAMA • Conductor de AUTOMANIA de WQBA 1140 AM Univision Radio • Todas las fotos del autor.

Posted on Oct./2010 • Reviewed live! on Automania Radio.

 

Incluso los más grandes fanáticos de George Harrison se preguntan qué significa el título de su canción Cheer Down, ya en época de ex-Beatle. Yo lo sé. Cheer Down, que además es una de mis melodías favoritas de Harrison, es la frase que su esposa —hoy su viuda—, la bella mexicana Olivia Arias, utilizaba cuando él se excitaba demasiado —y no estamos hablando de sexo, lectora malpensada—. Era algo así como, “modera tu entusiasmo”. Y qué coincidencia: ahí está la comedia de HBO que se titula Curb your Enthusiasm…

¿Y qué tienen que ver un sitcom, y Olivia y George y esa canción con el Kia Sportage? Pues mucho: Que tengo que decirme cheer down! a mí mismo porque la nueva edición del vehículo ha disparado —y con razón— mi entusiasmo por él…

Pongamos las cosas en situación primero…
El 2010 ha sido un año prolijo para la industria y el mercado del automóvil en los Estados Unidos. Habiendo emergido de las lúgubres profundidades del trienio previo, matizado por la debacle económica, los precios estratosféricos —de imparable alza por demás— del barril de petróleo en el bazar internacional con su consecuente incremento del galón minorista a pie de bomba, y la crisis de Detroit con dos de las tres grandes compañías que pidieron préstamos al gobierno y su posterior declaración de bancarrota, el 2010, como la esperanza que quedó solitaria en el fondo de la caja de Pandora, se trasluce renacentista.

El 2010, o bien es el año de identificación de modelos "iluminados", presentados el año previo —como el Ford Fusion híbrido—, o bien ha servido de plataforma de lanzamiento de modelos del 2011, sorprendentemente no sólo rediseñados, sino redefinidos. De éstos, destacando sólo algunos de ellos, hay que subrayar justamente el prominente protagonismo de Ford, que usó al 2010 como rampa de lanzamiento de los nuevos Mustang, Fiesta, Edge y Explorer; el VW Jetta; el Subaru Outback; el Mazda 2, el Scion tC y el Hyundai Sonata. Y, hablando de coreanos, hay que ubicar en este marco de tiempo al Kia Sorento… al que ahora se le une su hermano pequeño en el segmento de los SUV’s y los crossovers, el Sportage.

En ese escenario pues, el Kia Sportage del 2011 es el lanzamiento más espectacular del año. What? ¡Oh, qué exagerado!, pensará algún lector. ¿Más espectacular que algunos de los vehículos justamente mencionados encima o que otros ignorados?, seguramente insistirá. Pues sí. Y calibramos nuestras palabras, pues al usar el adjetivo espectacular lo hacemos porque es el que merece si comparamos esta nueva edición con la de su origen y hasta las de su pobre evolución. Al hacer esto, quien ahora lee e inicialmente no compartió nuestra visión, más abajo se sumará a ella.

Abriendo el archivo del Sportage
El Kia Sportage ingresó al mercado norteamericano en la segunda mitad de los 90. Llegó aquí después que el sedan compacto Sephia, modestísimo. Y así lo fue también la versión primera del Sportage. Con aquellos vehículos fue que el prospecto norteamericano entró en conocimiento de una marca cuyo nombre curiosamente coincidía con la sigla de Muerto En Acción (KIA: Killed In Action), del ejército de los Estados Unidos. “Hacemos carros desde que éstos eran feos y pequeños”. rehabilitó Kia graciosamente al momento de penetracion aquí el slogan que transportara la imaginación de los prospectos a 20 ó 30 años antes cuando inundó todo el Sudeste asiático con un triciclo que le resolvió muchas necesidades a la gente y al comercio en tal era y área del mundo (pulse sobre esta línea, lo que lo llevará arriba de nuevo para que vea la foto del vehículo que preside simbólicamente todas las páginas de Kia en este website).

Este era el anémico Sportage original. Sin embargo —hemos de reconocer— fue el primer vehículo que trajo bolsas de aire para las rodillas del conductor.

Mucho ha llovido desde entonces a acá y mucho desde entonces a acá ha avanzado esta compañía, asociada ya desde hace un tiempo a Hyundai.

A pesar de que incluía un detalle destacable —el haber sido el primer vehículo que contemplaba bolsas de aire para las rodillas del conductor—, el Sportage no era que otra cosa que el sucedáneo de quienes desconsolados no podían hacerse de un más atractivo modelo de la competencia japonesa como El Honda CR-V o el Toyota RAV4. Pobre Sportage de milnovecientosnoventitantos…, tan peladito, tan débil, tan feo, tan simple, tan insípido…

Con tal de mejorar el plato, Kia se llevó de vuelta el Sportage a la cocina como se retorna la sopa fría para recalentarla. “Los otros… los otros siguen siendo más bellos”, repitió de nuevo con voz cavernaria el espejo mágico del mercado automotriz, y no se refería precisamente a Blancanieves y mucho menos a los 7 enanitos. Kia encendió la hornilla, le puso un poco de sal y algún otro ingrediente. Nada. Las moscas seguían revoloteando ahí. Así que en el 2002, cual que desahuciado, el Sportage fue retirado de la panoplia de vehículos de la firma y tachado del menú. Tres años más tarde reapareció bajo nueva receta, pero el guisado seguía desabrido aunque las primeras cucharadas sabían mejor que antes. Era hora de cambiar al cocinero… y de plato.

Ahora
Con el dramático rediseño el año pasado del Hyundai Tucson, ahora el Kia Sportage 2011, como Betty La Fea después de lanzar el retén de dentadura y las gafas de aumento por la ventana, protagoniza la historia del Patito Feo y lo que se encuentra hoy uno en el showroom de la marca es un cisne. Así que, continuando con las exageraciones —para quienes las toleren—, el Sportage del 2011 se parece cual reducido proporcionalmente a lo honey, I shrunk the Traverse!, ese crossover de Chevrolet.

Cheer down…

El diseño exterior —que es lo primero que abate quijadas de asombro— es contemporáneo, hermoso, y pone verde de rabia al RAV4 y al CR-V. El flamante Sportage es más muscular, más varonil y hasta rebasa a su pariente cercano el Hyundai Tucson en porte y belleza. En el buen sentido de la palabra, el vehículo está irreconocible. Y lo decimos literalmente. La joven hija de la mejor amiga de mi esposa que tuvo alguno de los Sportages anteriores, aún dentro del vehículo cuando salimos a cenar en el auto el fin de semana, no lo identificó y se sorprendió agradablemente cuando supo que era su carro.

Exteriormente el Sportage se beneficia de la nueva parrilla que Kia ha venido extendiendo poco a poco a su line-up de coches. No es un super grill, pero cumple con decoro la responsabilidad de dotar a sus autos de un look respetable. Los de Kia son extremadamente optimistas cuando dicen que su nueva obra por el frente parece un Audi —ya ven que no soy el único al que hay que aplicarle la frase de Olivia Harrison—.

Para no pecar de exagerados de nuevo, pero con tal de quedar bien con Dios y con el Diablo, diríamos que podrííííía parecer un Audi… ¿hacemos tablas?

Well… cheer down…

Pero el parecido con el teutón —ya sé… exagerado de nuevo… cheer down pues—, se acentúa al contemplar las lámparas frontales compuestas por LEDs. Nadie podría negar que, entusiasmo desmedido aparte, estas luces le prodigan un aspecto de vehículo de más distinción. Estamos así asistiendo paso a paso a la separación de Kia de su propia imagen para trepar al nivel de los demás —y cuidado que no más—.

Lo que pasa es que con todo el respeto que merece el lenguaje de diseño asiático en los autos, el nuevo Sportage fue dibujado en Estados Unidos y eso lo coloca más en sintonía con el prospecto de aquí.

El carro también creció: es 3.5” más largo y, aunque no lo parece, es más bajo, específicamente 2.3. Empero, tiene una buena luz o clearance —la distancia que media entre el piso de rodaje y el el del auto.

El tercio trasero del vehículo, visto de lado después de la segunda puerta hacia atrás podría definirse también como uno de los instantes supremos de su styling que, felizmente además, culmina con éxito en la parte posterior que complementa su aspecto general upscale.

Por dentro, el nuevo Sportage está en total armonía con su anatomía. Es uno de los interiores mejor cuidados de los autos de Kia, con un imagen totalizadora de clase, inesperada. La consola delantera, con sus dos niveles y tres tipos de plásticos, cada uno con un sabor y lenguaje —liso, corrugado (ambos mate), y liso con brillo tipo negro piano, éste último alrededor del tablero de climatización—, establecen un todo de diseño maraviloso, que uno no se cansa de admirar. No todos los plásticos del paquete me hacen absolutamente feliz pero, caramba, ahí vamos mucho más bien que mal…
Los relojes, la pantalla central de la consola, los botones y su iluminación hacen del conjunto una delicia nocturna.

Aunque es espacioso según las nuevas medidas —ostenta 67 pies cúbicos de carga—, nosotros no lo sentimos tanto porque nos parece que los elementos internos —los asientos, los paneles de las puertas, la consola entre las butacas delanteras y el cómo se perciben las ventanillas desde dentro—, simulan estrecheses pero, ¡oh!, que el sentido de lo acogedor y lo íntimo que del vehículo en su interior se obtiene es como el de la sala de una casa llena de muebles cercanos entre los que uno se siente agradablemente apretado (sólo falta la estufa, que la poltrona del abuelo pueden ser cualquiera de las butacas delanteras, no tan fastuosas como el digno butacón, pero son muy ergonómicas de todas maneras).

El espacio para las piernas en la bancada trasera es inusualmente amplio para un vehículo de esta suerte.

¿Visibilidad? No tan entusiastas de ella…
La visibilidad no es de primera, porque la cristalera es de corte contemporáneo, más bien comprimida, sin muchas extensiones. Resulta agradable que desde los asientos delanteros, se percibe el abultamiento de la carrocería en cada esquina sobre el guradabarros (ver imagen inmediatamente debajo):

Pero a veces se echa de menos una mejor visibilidad delantera angular en ciertas situaciones de estacionamiento, en las que uno tiene que calcular la prominencia del carro porque referencias visuales no existen —acaso sonoras… cuando le pegue un golpazo al pobre hidrante al pie de la acera—.

Hacia atrás diagonalmente, los funcionarios de Kia dicen que los puntos ciegos ha sido mejorados gracias al diseño de pilar C o tercera columna invertida, y concordamos en parte con esta opinion, pero en general —reiteramos—, no creemos que en una calificación de la A a la F la visibilidad del Sportage alcance siquiera la C. En este capítulo, aunque la carencia de una tercera ventanilla lateral lo hace más hermoso, eso contradice la afirmación de que hay buena visibilidad en esa dirección.

El Sportage lleva en su nombre la palabra sport. Bien. Antes no se la merecía mucho. Ahora sí. Nuestra impresión de manejo nos dejó con la sensación de que estábamos a bordo de un SUV pequeño, sobre todo por la firmeza de su suspensión y el habla de la dirección. Ésta última es eléctrica y aunque todavía las de tal tipo no son santo de mi devoción, a la del Sportage le indujeron artificialmente la tensión de la hidráulica para simular sus rigores y respuestas y, en la actuación, por lo menos puede ser nominada a Oscar.

Quien no manejó los Sportages anteriores —este servidor lo hizo— tendrá que conformarse con lo que le decimos o imaginarlo. Ahora es un vehículo con un rodaje totalmente distinto. Pero, por otra parte —aquí nos autoaplicamos el cheer down—, no estamos diciendo que sea un vehículo sporty.

El Sportage 2011 viene en un solo motor, el Theta II de 4 cilindros y 2.4 litros con anatomía DOHC que, con sus 176hp de potencia y 169 libras por pie de torsión, llamativamente es más potente que el saliente V-6 de 2.7 litros que hacía 173 caballos. Su eficiencia es de 21mpg en la ciudad y 28 en la carretera. Esta es una variante del motor de su hermano mayor, el Sorento...

El Sportage se desdobla en dos cortes, el LX y el EX, —éste último es el superior y fue el de nuestra unidad de pruebas por una semana—. El EX trae toques de lujo como el doble sunroof, tapicería de piel, climatizador dual con bombardeo iónico para un aire más fresco, butaca eléctrica para el conductor y en cuanto a electrónica de comunicación y entretenimiento cuenta con el nuevo infotainment system, llamado UVO, que es una asociación con Microsoft para una solución semejante al SYNC de Ford. e abordaje de la embarcación.
n la zona de seguridad tiene un sorprendente número de apoyos, como seis bolsas de aire, incluidas las laterales tipo cortina, frenos ABS y Control de Tracción. El vehículo se ofrece lo mismo en transmisión automática que manual, ambas de 6 velocidades, y se puede optar por la tipo AWD Dynamax, desarrollada por Magna.
Aunque se hace en tres plantas en el mundo, la de Eslovenia, China y Corea del Sur, el Sportage que nos tocó para examinar era coreano, con un pedigree de 98% de partes de cuna y apenas un 1% de procedencia norteamericana, compartida entre EEUU y Canadá.
Y como dice el refrán… para escoger colores, el Sportage exhibe una paleta de 8 de éstos. El que manejamos era “Rojo Señal”.
Como todo auto, imperfecto, más allá de aquellos aspectos que nos habría gustado mejorados, éstos, como en la canción My Way, son tan pocos que no vale la pena mencionarlos. El balance final sobre el Sportage es más que positivo, sobre todo atendiendo como ya dijimos encima, al hecho de cuán distinto fueron sus primeras ediciones comparadas con ésta. Tan sólo el volante da fe de esta realidad.
El slogan de Kia es “El Poder de Sorprender”. Nunca le vino mejor a uno de los vehículos de la firma que al Sportage. Por eso, en realidad el Kia Sportage del 2011 más que cheer down, lo que merece es un sonoro cheers!

Nota final: Aunque el precio básico del Kia Sportage del 2011 ronda los 18 mil dólares, nuestra unidad de pruebas costaba $29,900.

A continuación, el resto de las fotos:

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