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Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com y conductor del programa radial AUTOMANIA de WQBA 1140 AM Univisión Radio. Miembro de SAMA. Todas las fotografías del autor.

Posted on May 20/2010 • Reviewed live! on air on Automania/UNIVISION RADIO on Sunday May 16/2010 Share

Probamos el totalmente nuevo Hyundai Sonata 2011 en New Orleans, Louisiana, entre el 27 y el 29 de abril del 2010. Un pequeño paso para el Sonata, un gran salto para Hyundai… ¿o al revés?
 
 
SONATA: Según el Diccionario Oxford de la Música, la palabra sonata es, en italiano, el pasado participio del verbo sonare —sonar en español— y define una forma musical instrumental que, por antonomasia, se antepone a otra pieza pero cantada, que es la cantata… En el llano lenguaje del mundo del mercado automotriz, Sonata tiene un significado menos complicado y elitista, pero muy recompensador: “auto maravilloso”.


Parafraseando a Neil Armstrong cuando pronunció su célebre sentencia al convertirse en el primer hombre que pisó la Luna, el 20 de julio de 1969, se puede decir que el lanzamiento del Sonata 2011 es un gran salto para el vehículo y para la compañía. El Sonata siempre fue el Sonata —en una época el abanderado de la firm—a, y aún en los tiempos en que Hyundai no gozaba de una buena reputación en el mercado norteamericano como fabricante de coches, el Sonata inspiraba respeto y admiración y no hizo otra cosa que mejorar y mejorar con cada nueva edición. Pero con la generación del 2011, se viste de largo y sin duda certifica que la automotriz surcoreana ha llegado a la mayoría de edad.

Hace rato que Hyundai se viene arreglando sus propias escaleras al cielo. Entre los hitos de esta ascensión destacan —y no en orden jerárquico ni cronológico, sino más bien aleatorio— una magnífica línea de crossovers, los ensayos hacia el lujo con el Azera y luego con el Genesis sedan hasta el presente Equus, y la introducción de un fantástico cupé —el Genesis Coupe—. Pero ninguna compañía automovilística puede pretender siquiera un establecimiento patente en el mercado sin un sedan midsize de verdad. A contrapelo de los altos niveles de venta de las minivans hace 25 ó 30 años, y en los últimos 10 ó 20 la inimaginada popularidad de los SUV’s, los sedanes siguen representando el más grande volumen de unidades sobre ruedas vendidas. Honda no sería Honda sin el Accord, Toyota Toyota sin el Camry, ni podría GM plantearse un resurgimiento sin el Malibu. So, no sedan, no glory. De modo que Hyundai sabe muy bien lo que se trae entre manos y ahí está el fabuloso nuevo Sonata, esta vez un contendiente serio al mismo nivel de los tres sedanes japoneses más importantes y los dos más notables de los tres de Detroit, ya que el Sebring de Chrysler está muy rezagado.

El Sonata en el espejo
Los críticos —¿o criticones?— dicen que el Sonata ’11 es sospechosamente parecido al Camry. No lo creemos así, pero si nos esforzáramos a por similitudes, sólo hallaríamos tales en el frente. Al flamante Sonata, si lo ponemos maliciosamente bajo el microscopio, le hallaríamos entonces también silueta de Volkswagen CC… ¡y hasta algunos elementos del Mercedes CLS! —¿acaso el CC no remeda al CLS?—. En el supuesto caso de que el más reciente Sonata sea una suerte de ornitorrinco estilísticamente hablando, hay que concluir que tras mezclar en batido un montón de elementos ajenos, termina naciendo del fantástico cóctel un producto con personalidad propia. Por otra parte, Hyundai no ha hecho más que demostrar que aprendió la lección que le enseñaron los rivales japoneses, cuyo éxito se apoya en parte en la gran capacidad mimética del país del Sol Naciente. Así que, no offense…

El Sonata 2011, de los tres ángulos que se puede contemplar —por delante, de perfil y por detrás— creemos que desde donde mejor luce es de lado, quizás porque ahí se manifiesta el llamado concepto de diseño Fluidic Sculpture, cuyo espíritu indica que tal parece como si el auto hubiese sido esculpido por una corriente de agua —¿una reinterpretación del Chrysler Airflow de 1934 a través de la magia de la hidráulica?—. Se trata de un conjunto armónico que mezcla en dosis perfectas la elegancia con aliento deportivo.

En realidad, pensamos que después de estudiarlo detenidamente le hallamos más lenguaje europeo que asiático. Se espera que estos patrones visuales se desborden a subsiguientes modelos, aunque algo de este aliento ya lo estrenó el Tucson de más reciente hornada. No olvidemos que Hyundai está en plena campaña de desarrollo de 7 nuevos diseños en 24 meses.

El vehículo pone en práctica la síntesis: viene nada más en tres modelos, muy fáciles de identificar, y éstos son el básico GLS, que a pesar de reprensar el entrante de la serie viene muy bien equipado; el SE, que encarna la versión más deportiva y, en la cúspide, el Limited, que hace de cómo que de coche de lujo, con vestidura de piel y otras tentaciones.

Un solo y nuevo motor
Continuando con esto de la síntesis, el Sonata contemporáneo ahora trae un solo motor. Pero los propietarios del anterior Sonata no extrañarán al V-6 Lambda del modelo precedente, pues la planta motriz que mueve el coche es un nuevo 4 cilindros de 2.4 litros de 16 válvulas, de inyección directa (GDI) con Sincronización de Válvulas Duales Continuamente Variable (DCVVT), que genera 198hp de potencia —200 en el modelo SE gracias a su sistema de escape de caños duales—, y 186Lb x pie de torsión. Tales números hacen a este Sonata el vehículo más potente del nicho. Este nuevo motor es suficiente para los gustos de cualquier conductor y para el peso del automóvil. Y lo más importante, con un rendimiento de 24mpg en la ciudad y 35 en la autopista, el Sonata del momento rebasa en eficiencia al Camry, al Accord, al Altima, al Fusion y al Malibu. Hyundai prevalece en el No. 1 de la lista de los fabricantes más eficientes, con un promedio de 30.1mpg (le siguen Honda y Volkswagen en segundo y tercer lugar respectivamente).

Pero más de un factor, no sólo la naturaleza eficiente del motor, redundan en alegres noticias para la billetera del conductor del Sonata en lo que respecta a gastos en gasolina. El sistema de inyección directa, el llamado alternador inteligente, el perfil aerodinámico de la carrocería, la transmisión de 6 velocidades —que abordaremos inmediatamente—, los neumáticos Hankook de baja resistencia al rodaje, los componentes de rodamiento de bajo índice de fricción y el peso general del vehículo contribuyen acentuadamente a un envidiable millaje por galón. De hecho, el Sonata 2011 es superado en bajo peso sólo por el Nissan Altima.

La transmisión, decíamos: según modelo y/o voluntad del proyecto puede optarse lo mismo a transmisión manual que automática, ambas de 6 velocidades.

…newer than new!
La automática tipo Shiftronic es, al igual que el motor, totalmente nueva, desarrollada por Hyundai, es casi 27 libras más liviana que la predecesora de 5 marchas, y redujo su conteo de piezas en 62 para más eficiencia y durabilidad. El conductor puede tirar electrónicamente los cambios a su voluntad —por eso es Shiftronic— a través de los paddles o paletas montados en el volante. Esta transmisión, del llamado tipo “seca”, cuya aplicación se disemina más y más entre los fabricantes, no requiere mantenimiento y está disponible en los tres modelos, GLS, SE y Limited. No es una CVT.

La manual, que es la estándar en el GLS o básico, es del tipo libre de mantenimiento de lubricante de baja viscosidad y, según el fabricante, puede durar 155 mil millas.

Los ofrecimientos
¿Qué trae cada modelo del Sonata de estreno? Además de que el MSRP del modelo base es un par de miles de dólares más barato que sus competidores, trae estándar exquisiteces tales como conexión para iPod y Bluetooth, y radio satelital XM. Sin embargo, como para abatir quijada de desilusión, se puede acceder al GPS en el Limited sólo opcionalmente —recuérdese el agónico reclamo de navigator a bordo de los Hyundais hace tan sólo 3 años por parte de prospectos y periodistas—. Pero exceptuando esto, el Limited viene estándar súper bien dotado y ello incluye vestidura de piel, sunroof, aros de aleación, acentos interiores, butacas eléctricas térmicas y más cosas en la lista, de modo que el auto mira desde el hombro a comparables en versiones extremas como el Accord y el Camry. No es una mera exageración; el prontuario de amenidades así lo garantiza: climatizador dual, retrovisor anti-destellos con indicador de dirección, y cámara para la marcha atrás, entre sus dotes.

La pantalla en medio de la consola —de 6.5”—, es tipo Touch-On. Buenas noticias para los audiófilos: el Limited los mima con sistema de audio Infinity de 400 watts y la debutante aplicación del Dimension Premium Audio System. No hay que en customizar el sonido del Sonata Limited.

En el estrato más bajo, el GLS base, se puede acceder incluso a entrada remota sin llave, operaciones eléctricas para las lunas, retrovisores y pestillos, árbol del volante telescópico y articulado, computadora de viaje y radio satelital XM.

El SE, el de sabor más juvenil por deportivo, no niega ninguno de los lujos del Limited, pero agrega aquellos toques de su especie como una suspensión deportivamente tonificada —en una dosis precisa, ni muy, muy, ni tan, tan…—, rims de 18 pulgadas y tapicería que imbrica piel con tela para un look definitivamente distinto que acopla perfectamente con el sabor de este corte.

Si hacemos una valorización general, globalizadora, concluimos que la cabina es excelente, de gran acabado, y aunque no escapa a las tendencias de diseño contemporáneas —es decir, que se ve mucho allí de lo mismo en cuanto a formas en otros autos—, donde ésta destaca es en la pizarra, que parece ser de un coche de mucha más clase. Y si se presta atención a detalles en particular, a los relojes y sus contornos, al diseño de los números en éstos y a la silueta del conductor para pulsar el climatizador, uno cree, de nuevo, que se anda en un auto mucho, mucho más caro. Es, sin pleito, una cabina de porte. Y en el Limited, el interior es de dos tonos.

Las butacas son cómodas y la visibilidad es buena aunque no súper espléndida porque el llamado greenhouse o cristalera es comprimida siguiendo los dictados aerodinámicos del vehículo. Esto también obliga a un conductor de 6 pies de estatura o más, a una cierta flexión del cuello al ingresar al carro, y tampoco hay tanto espacio del techo interior, lo que se llama headroom, como para usar un sombrero dentro —este es uno de mis desencantos personales, pero vale el sacrificio en pro de la belleza de la carrocería—. Mas en general o, mejor dicho, por lo demás, el Sonata 11 es espacioso, rebasado sólo en espacio dentro por el Honda Accord en un par de pulgadas. Al igual que el Accord, el Sonata ha sido clasificado por la EPA como carro grande. Y respecto del volumen de capacidad, el maletero o baúl del Sonata es el más amplio de su clase con 16.4 pies cúbicos, aunque la apertura de la tapa no corresponde tanto a estas bondades de almacenamiento.

¿Seguro? ¡Seguro!
No ignoramos la seguridad: El Sonata, que ya superó un precoz recall respecto del cierre de las puertas, obtuvo la máxima calificación del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) en impacto frontal y lateral y en aplastamiento del techo. Todos los cortes del Sonata cuentan con frenos antibloqueo, control de tracción y estabilidad, y bolsas de aire frontales y laterales.

¿El evento?: Excelente… ¿y la comida? …Ooh La La!
El evento fue ma-ra-vi-llo-sa-men-te organizado por los PR’s de la región del Sudeste de Estados Unidos de Hyundai, Ariel García Linares, Yvonne Lorié y Thelma Urbina, quienes se apoyoran para la prueba sobre terreno en los insuperables servicios de Prestige Auto Specialists, dirigido por Marcello Serrato, quien no estuvo operando a su inefable brigada por control remoto, sino in situ, de cuerpo presente allí.

El hospedaje fue en el Hotel Omni Royal Orleans, ubicado en la Calle Saint Louis, en pleno corazón de New Orleans y desde dónde en la noche en agradable caminata llegamos a un restaurante en las cercanías al pie de la famosa Plaza Jackson del French Quarter, en el que los periodistas de automovilismo invitados fuimos agasajados con una cena que fue todo un festival al paladar.

Y aquí hemos de hace un alto: Desde el recibimiento en la hospitality suite hasta el almuerzo al día siguiente, pasando por la cena que acabamos de mencionar, no podemos obviar que aunque no se trataba de un evento culinario, la comida fue, wow, memorable, Cada una de las sesiones tuvo el acento de la región, el toque Cajun, el arroz jambalaya, las típicas pralinas… tal parecía más un evento para sibaritas que para peridiodistas de automovilismo. Habitualmente en los lanzamientos de autos, los asistentes ignoramos elogiar este particular, que es otro indicador de la dedicación de sus organizadores. Not this time, guys… congratulations!

Tras la cena, también a pie, nos encaminamos a la infamemente para algunos célebre calle Bourbon —con el propósito de mejorar la digestión, no de portarnos mal, dicho sea de paso—. Pero ni santos ni pecadores, nos topamos con un delicioso club de jazz, The Spotted Cat, en la Calle Frenchmen, donde tocaba una banda tradicional local, con todo el sabor que sólo se puede hallar en New Orleans.

La caminata, armado de mi Canon 5D Mark II, me sirvió para aumentar mi colección de fotografías basadas en vidrieras o escaparates, y New Orleans sin duda, es una de las ciudades más prolijas para ese propósito.

La prueba de eficiencia
Al día siguiente, probamos el auto desde New Orleans hasta Baton Rouge, ambas ciudades distantes unas 70 millas entre sí. En la mañana temprano, tras el breefing tecnico con Michael Deitz, abordamos los autos aparcados frente al hotel, y cruzamos el barrio francés no a pie como la víspera, sino a bordo del Sonata para emprender la ruta de prueba.

New Orleans —la segunda visita de este periodista allí después del Katrina— todavía esta recuperándose de los devastadores efectos del brutal huracán que arrasó la ciudad en el 2005—aún restauran el Louisiana Superdome— que sin embargo no pudo robarle su encanto... pero ahora se sentía en el aire una nueva preocupación: el escape de petróleo tras el accidente en la plataforma de BP, a unas 20 millas al Sur de las costas del estado, acaecido apenas unas horas antes de nuestra llegada.

Las rutas alrededor de New Orleans no son precisamente bellas, pero sí interesantes y fueron suficientes para poner a prueba el vehículo. Viajando hacia el Oeste utilizamos la Interestatal 10 y las locales LA3188, LA 3223, LA44 y LA942 camino a LaPlace y a Gramercy, hasta hacer una parada a media mañana para cambio de conductor en la hermosa mansión Houmas House Plantation & Gardens, cuyo mayor atractivo son sus jardines y el estanque. Hasta ese instante hice de co-piloto para mi colega Sergio Tacchella, al timón. Habíamos avanzado 68.3 millas de feliz travesía a bordo del Sonata 2011, que incluyó nuestro paso por la ribera del enorme lago Pontchartrain.

En la segunda jornada del recorrido de ida —una treintena más de millas hasta completar 91,8 totales— conduje hasta el restaurante Boutin’s, en Baton Rouge, nuestro destino donde —¡vive Dios!—, nos aguardaba un delicioso almuerzo Cajun.

De vuelta de Baton Rouge fue que hicimos la prueba de eficiencia del Sonata 2011. Sergio y este servidor obtuvimos el tecer lugar con una eficiencia promedio de 44.2mpg. Fuimos superados por otras dos parejas de periodistas que lograron 48.8 y 52.1. Este número por encima de 52 millas, también lo logró nuestro amigo y colega Jaime Flórez en semejante prueba un mes antes en San Diego, California. Sin embargo, en un instante del recorrido, según indicó el marcador de consumo instantáneo, nuestra unidad de pruebas alcanzó las 45mpg de eficiencia.

detalla
Para obtener tales cifras de rendimiento, hay que mantener al auto por debajo de las 2 mil rpm, apagar el aire acondicionado y —¡Huf!— mantener las ventanillas cerradas— y , si es posible, hacer draftin’, es decir colocarse en la cola de un vehículo voluminoso como un camión o autobús, para aprovechar su cajón de vacío y librarnos así de la resistencia al viento.

El premio al primer lugar consistió en una cámara de video con pedestal de ventosa, codiciadas por todos los periodistas de automovilismo por su versatilidad para hacer documentales. Todos fuimos agraciados con los célebres New Orleans beads o collares típico de allí, que adornan la celebración del Mardi Gras.

Valoración final
A todo lo que ofrece el Sonata '11, hay que agregar el rango de precio, que va desde $19,195 a $27,395. No importa cuán loaded esté el mejor de sus versiones, el coche nunca llega a los $30 mil dólares. El totalmente nuevo Hyundai Sonata del 2011 no es un lanzamiento más de la reciente generación del vehículo. Es un hito en la evolución del modelo y también en la historia de la compañía.

 

A contnuación, el resto de las fotos:

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